
Beatriz de Majo C.
El Colombiano, Medellín
Agosto 11 de 2010
El fenómeno de las huelgas se ha vuelto tema de todos los días en la China del tercer milenio. Ya nadie en el mundo puede ignorar a la inmensa economía asiática en los escenarios globales y, dentro del país, la percepción popular de haberse convertido en un jugador de grandes ligas es cada vez mayor. Pero también es mayor la conciencia de la población de que gracias a la explotación de sus trabajadores con bajísimos salarios es que China se ha ganado el puesto, por encima de Alemania, de ser el primer exportador planetario. Y la hora les ha llegado a los trabajadores de comenzar a exigir su tajada del bienestar nacional como artífices de una producción manufacturera que penetra incisivamente los mercados mundiales. La masa trabajadora ha dejado de ser dócil para preocupación de sus gobernantes y para satisfacción de los Estados Unidos.